[i love you, lets text]

by David Fridman


- Cómo vas con la niña con la que estas saliendo?

- Pues no se, ya le mande request en Instagram pero no me ha aceptado.

- No han hablado?

- Si, por Whatsapp.

- Y qué dijo?

- Me mandó una carita de beso.

- Bien!

- Si pero la que no tiene corazón.

- Ouch.

- Le contesté con un gatito con ojos de corazón y ya no me contestó.

- Seguro se le acabó la pila.

- No porque después de eso la vi conectada en Facebook y aparte puso un tweet del que estaba lloviendo.

- La stalkeaste?

- Que te importa.

- Pero le dio like a tu foto, no?

- Si, pero no salía yo, era la foto de mi spaghetti.

- Mándala a la fregada. Quién se cree, o sea….

Esta es una platica que tuve la semana pasada con una amiga. Lo más interesante de todo esto es que tiene mucho sentido y todos entendieron todo.  Vivimos ahora en la época en la que un “like” puede hacer o destruir una relación.

Hay un antiguo proverbio chino que dice “Una relación sana es una relación en la que ninguna de las dos partes tiene redes sociales”. En pleno Siglo XIVIVW eso está cabrón. El manual del ligue se re-escribió cuando empezamos a dejar que Instagram y Whatsapp tengan mas peso en nuestras vidas que una linda y clásica carta de correo escrita a mano como le hacían nuestros ancestros allá en la guerra.

Esto puede jugar a nuestro favor o en nuestra contra. Las aplicaciones internetiles pueden facilitarnos la vida. La comunicación es más rápida, el intercambio de información es inmediato y los malentendidos y suposiciones están a la orden del día.

Saber si le gustas a alguien o no es ahora un arte que nadie domina. Si tu actitud es “dispersa” en una plática por Whatsapp (entiéndase tardarse horas o días en contestar, o solo poner un “ok” o un thumbs up), esto puede entenderse como que la persona te vale madres. Pero también puede significar que la persona te interesa mucho y que estas haciéndote el difícil. Obviamente si contestas al segundo, la otra persona va a decir “Ha! La traigo muerta, hijoles que complicada mujer, mejor me voy con la que tarda una semana en contestar mi saludo porque soy un pendejo.”

Es como si tuviéramos que desarrollar una parte nueva en nuestros cerebros para entender y saber jugar el juego de las palomitas verdes. Nos hacemos chaquetas mentales cuando mandamos un mensaje y no lo contestan. Es importante que nos quede claro a todos que tu mensaje SI fue enviado y SI fue recibido y si no lo contestan es por una de las razones antes descritas.

Así se siente.

Así se siente.

Stalkear es un tema muy delicado. Para entenderlo es necesario ir a la raíz de la palabra etimológicamente.

       

        Stalk, verbo:

  • indagar por pendejo.           

 

Stalkear esta en nuestra naturaleza humana. Y con Facebook y Twitter y Instagram tan accesibles, es mas fácil hacerse millonario cachando billetes en la cabina-torbellino de Paco Stanley que no ceder a las ansias de ver en que anda tu amor de verano platónico friendzoneado.

Mi muy buena amiga (cuyo nombre omitiré) es una experta en stalkear a sus galanes y siempre acaba saliéndole el tiro por la culata (esto no es de ninguna manera una especie de albur). Cada que stalkea se encuentra con una foto o un post o un like que le da en la madre y se enoja y hay una especie de regresión incómoda a sus 14 años. El día que entendamos que el que busca encuentra, nuestras vidas van a ser más sencillas y todos podremos stalkear sin que se nos suban los triglicéridos del coraje.

Otro punto importante a tocar es que nadie es tan guapo como en sus fotos de perfil. Diosito me ha bendecido con un grupo de amigos agradables a la vista. Y obvio todas sus fotos de perfil salen especacularmente guap@s y photoshopead@s. Pero déjenme decirles algo: una vez que conocemos a la persona recién despertada o ebria hasta los tanátes, ninguna foto de perfil de portada de Vogue va a hacer que  nos quitemos la imagen de la lagaña en el ojo. La honestidad hoy en día se mide por la cantidad de filtros que le ponemos a nuestras profile pics.

Este tipo de comunicación mouderna nos hace tener que adaptar nuestros métodos de aceptación de que si te gusta alguien, necesitamos activar nuestro quinto sentido para saber cual es el juego que están jugando; que si nos mandan a la chingada por whatsapp, es totalmente válido; que un follow pesa mas que un “estas muy guapa” en persona; que basta con un like de una rival de amores para volvernos mas inseguros que EPN en la feria del libro.

Y ni me voy a meter en el tema del unfollow porque no quiero ser causante de otro desfile como el del ’68.

Así que yo opino que, a pesar de que esta tan padre nuestro mundo cibernético del futuro y robots, no dejemos morir el arte de hablar por teléfono, de mandar cartas escritas y de dejar de interpretar chats a nuestra conveniencia. A menos de que tengamos 17 años, ya no estamos para dramas porque si nos ponemos de divas, todos vamos a morir solos.

 


[in selfie defense]

by David Fridman


Hace chingos no escribo. He estado procesando varias cosas de las que quiero hablar entonces les conviene que de repente haga desaparición. Es como el comeback de Robert Downey Jr.

Soy Ironman.

 Por favor no se tomen mi apodo a la ligera. Permítanme elaborar.

 Y con esta historia hago mi comeback…  Exciting, huh?

 

Fui a mi clase de yoga de la 1 de la tarde (voy a clase de yoga a la 1 de la tarde porque tengo horarios de señora de Las Lomas). Terminó mi clase de yoga a las 2 de la tarde y me regresé a mi casa caminando.

 El camino de la yoga a mi casa es muy tranquilo. Camino una calle, cruzo una avenida con un gran puente , camino otra calle y llego a mi casa. Me puse mis audífonos, me puse mis lentes, agarré mi yoga mat y arranqué.

El día estaba bien chulo. Eran como las 2:30pm, había sol, había gente en las calles, coches en la avenida y un ambiente de miércoles pre-puente. Todos contentos.

 Mientras cruzaba la avenida caminando por el puente, ví la vista que tenía de la Ciudad de México y yo en mi mente me dije “Ah! Qué maravilloso momento para una selfie!” (me tomo selfies porque soy actor).

 Saqué mi iPhone – para mis lectores asiduos, sabrán que voy en el sexto iPhone – y me empecé a tomar fotos. No nos hagamos pendejos. Todos nos hemos tomado selfies. Todos. Hasta Angelina Jolie. y todos sabemos que hay que hacer varios intentos para sacar la selfie perfecta. Entonces empecé mi uni-estudio. Tomé varias. La gente pasaba. Me veía. Pensaban “seguro es actor”. Seguían su camino.

 Pasó un par de jóvenes constructores o albañiles o oledores de resistol y me voltearon a ver y siguieron su camino. Yo seguí con mi selfie-shoot. 30 segundos después, este par de salvajes venían caminando de regreso y pensé “pobres, se equivocaron de camino los muy inocentes” y seguí con mi selfie-shoot. Empezaron a acercarse a mi y pensé “pobres, seguro no tienen reloj y van tarde a la construcción y quieren saber la hora”.

 Ay David.

 Lo que a continuación pasó lo recuerdo todo en .04 segundos. Por favor denle el ritmo necesario para sentir la adrenalina necesaria.

 Estos dos salvajes se me acercaron y se me pararon enfrente. Uno de ellos – llamémosle Eloy – me dice “danos tu celular”  mientras el otro – Donovan – sacó una navaja de sus baggy pants y me la pone a la altura del diafragma.

 Traté de salir corriendo pero el muy vivo de Eloy me agarró de los hombros para detenerme. Donovan todavía me amenazaba con su navaja. Me volvían a decir “danos tu celular, solo queremos tu celular, danos tu celular” una y otra vez. De alguna manera empezamos a movernos en círculo, yo tratando de escaparme y ellos me bloqueaban.

 Mi adicción a las 8 temporadas de 24 no fueron en vano.

 Yo en mi cabeza solo pensaba NI MADRES LES VOY A DAR MI CELULAR A ESTE PAR DE RUFIANES, ni que fueran Sebastian Ligarde en Quinceañera. Ese brother si daba miedo.

 En un acto de iguales cantidades de valentía y estupidez, guardé mi celular en la bolsa de mis pants con mi mano izquierda y con la derecha le agarré la muñeca de la mano en la que traía la navaja a Eloy y con mi espalda empecé a aventar para atrás a Donovan. Y seguimos girando sobre nuestro propio eje.

Mi herida de guerra.

Mi herida de guerra.

Yo no se que pinche Dios del Kung Fu se apoderó de mi que en una milésima de segundo le metí el pié a Donovan y los dos nos caímos al piso. Cuando vió esto Eloy y entendió que no me iba a dejar ser abusado de mis derechos, como que se espantó mas que yo y se echó a correr en el puente. Donovan se paró en chinga y lo siguió. Yo me levanté, agarré mis lentes, mi gorra y mis audífonos del piso y – aquí es donde yo ya no entiendo nada de mi cerebro – los perseguí.

 “Órale cabrones! No sean cobardes! Regresen! Pinches gatos!” les gritaba mientras ellos corrían y yo los perseguía. Cabe notar que varios coches que pasaban por ahí se frenaron porque pues es de humanos que si ves que están asaltando a un actor, te frenas y le ayudas.

 

Llegué al final del puente y los vándalos se escaparon por unas escaleras que espero los haya llevado directito al infierno. O al hostal ese de la película de terror. Mi pulso estaba latiendo mas rápido que cuando le dispararon a Marisela en su boda en Amor en Silencio. Donovan y Eloy se dieron a la fuga.

Un señor muy amable que tiene un puesto de flores justo donde yo estaba gritando como que me trató de echar la mano. He’s a great guy to count on AFTER the emergency. El coraje no se me pasó. La cabeza me daba vueltas. Me estaba hiperventilando. No, no, no, un verdadero drama aquello.

 Pasaron un par de minutos, me tranquilicé y me fui haciendo mi berrinche de regreso a mi casa. Cuando pasé por el lugar de los hechos, dignamente recogí mi tapete de yoga que había abandonado cuando fui tras los pelados de la Bondjito. Me acicalé y continué mi trayecto a mi casa.

 La moraleja de esto, amigo lector, es dual:

 A: Uno nunca sabe como va a reaccionar en caso de emergencia. Según yo, cuando asaltan a uno lo mejor y  más racional es acceder a las demandas del vástago del Chapo. Eso es lo que probablemente debí de haber hecho. Pero no es como que me dieron oportunidad de analizar la situación. Mi plan de escape y los posibles desenlaces que pudo haber tenido esta historia. Salió así porque mis neuronas me pidieron actuar de esa manera pero por favor NO LO INTENTEN EN CASITA. Lo que si es que si mi vida fuera una serie (en mi mente, lo es) esta escena hubiera estado cabronsisisisisimo filmarla. Stage combat y todo.

 B: Tenemos que tener mas cuidado y conciencia de donde se toma uno selfies.

 

 

Ven? IRONMAN!

#selfiepeligro

#selfiepeligro


[cannabis]

by David Fridman


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Para muchos, es un taboo. En serio. En pleno S.XXXX mucha gente considera la marihuana estar en la misma lista de la necrofilia y el incesto.

A mi personalmente, la mota no me gusta. Si la he probado de manera recreacional pero no es algo que hago seguido. De hecho, es muy rara la vez que decido darle un golpe a un churrito. Tipo nomás cuando estoy en Coyoacán. Y voy a Coyoacán una vez cada bi-año en promedio. You do the math.

Y no es que tenga un problema con la marihuana. De hecho mucha de la gente a la que mas quiero en este universo es muy #asidua a la mota. El pedo es que a mi me apendeja. Me río sin control 15 minutos y luego no puedo expresar lo que pienso porque me estoy riendo demasiado y después me quedo dormido. Entonces yo prefiero el tequila.

Lo preocupante en este caso es como todavía existe gente que cree que la marihuana es una droga de Satanás que los va a hacer terminar como Jared Leto en Réquiem. Esto puede ser culpa de falta de información o falta de habilidad de ver mas allá de sus ignorantes narices.

Me encontré esta monada en Internet que siento que expresa perfectamente lo que me gustaría decir pero pues una imagen con dibujitos y datos dice mas que mis palabras:

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Imaginen que estamos en una comida familiar, un sábado, el cumpleaños de la Tía Lupe. Ninguno de mis tíos ni primos me va a decir nada si me sirvo un tequila con agüita mineral. Si de repente organizo una ronda de shots con la juventud de la fiesta, voy a ser “el divertido”, “el desmadroso”, “el actor borracho”. Ahora imaginen que en lugar de tequila, es un churrito de mota que prendo. Pa empezar, las 16 cachetadas seguidas que me meten mi mamá, mis tías y mi abuela. Luego la plática de mi tío el doctor que a donde estoy llevando mi vida metiéndome esas porquerías al cuerpo, luego las miradas de eres-un-bueno-para-nada-actor-tenias-que-ser-me-das-lastima de Sarita y Pedrito (Pedrito que ni juzgue que los viajes que se mete con el olor a thiner cuando barniza muebles ya los quisiera Justin Biebier).

Todo esto, te recuerdo amigo lector, que es hipotético. Yo no fumo mota. Ya quiero ver las miradas juzgativas en el cumpleaños de la abuela – “ese artículo que escribió David es ficción, verdad?”, “tan decentito que se veía”, “seguro agarró esos vicios #cuandoviviaenNY”.

Mi punto aquí es muy básico. Después de leer la tablita que les puse (leer esto a manera de regaño) con que cara pueden decir que la mota es mala, ilegal, de drogadictos y de gente fea sin futuro cuando tu tienes una cava llena de botellas de vinos exquisitos finísimos de Paris y no pierdes oportunidad de chingarte un tequila en un brindis de la comida Godín? No estoy diciendo que eso esta mal tampoco. No. Cada quien sus alcoholes y sus cubas y sus drogas. Pero lo que si está feito es que juzgues una actividad de la cual no tienes la menor idea ni de los efectos ni de las causas ni razones.

Y ni siquiera voy a entrar en las cualidades y beneficios médicos que tiene la hierbita porque ni soy doctor ni me las se bien, pero yo confío en los hippies que la venden para los pacientes enfermos de Glaucoma y así. 

No entiendo por qué escribí todo un artículo defendiendo una práctica que yo no hago pero creo que va en línea con lo que siempre les digo: if you don’t like gay marriage, don’t get gay married.

 

LIVE AND LET LIVE y dejen de juzgar que nomás se hacen úlcera ustedes solitos y cuando les de cáncer del coraje van a ver que no le van a decir que no a un pasesito.


[valentines]

by David Fridman



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Se acerca el día odiado por muchos, amado por muchos e ignorado por muchos. Pero lo que si es un hecho es que Valentines Day es como el curry: o lo amas o lo odias. O lo ignoras porque te da diarrea.

 

A great merchandising ploy? Probablemente. El día que los jardineros de flores hacen su #agosto? También. Una oportunidad para aligerar los cascos sin remordimiento? Es correcto. Sea como sea, nuestro punto de vista acerca de este día depende mucho de nuestra situación actual, si duermes solo o acompañado. El perro no cuenta.

 

Podemos tener toda una vida odiando este día, pero si una semana antes conoces al amor de tu vida, te aseguro que vas a ser el primero en comprar la Bota Tutsi edición corazón. Por el otro lado, si estás pasando por un divorcio, peleándote por la custodia perro y comiendo Chetos nomas porque es triste, seguramente vas a querer rasparte las encías con un gancho oxidado cada que pases por la esquina con el viejito vendiendo el globo de Piolín enamorado.

 

Tranquilos, chiavos. Ni una ni otra. Yo digo (y me tienen que hacer caso en esto por su propia sanidad mental) que no hay que ser tan extremistas. Si quieren celebrar este día con su esposa, su novio, su teibolera de cabecera o su Apple TV, todo es muy válido. Lo que no se vale es criticar el día nomás por amargues. Twittear que los que celebran Valentines son ridículos no va a hacer que todos digamos “wow, que cool esta muchachona con sus rebeldías y su amargo odio.”; contarnos cuando amanadoran a su novia y subir fotos de su Beetle lleno de Post-Its solamente va a hacer que vomitemos poquito en nuestras gargantas como lo hacíamos con Laura, la gordita romántica de Carrusel.

 

Miren, Valentines Day es como la religión: todos los puntos de vista son muy válidos y respetables, pero no se vale criticar la manera en la que el vecino lo celebra. Es muy lindo ver que todos celebramos el amor y también es muy lindo ver que todos celebramos las nausesas que nos provocan los que celebran el amor. Como dijo un sabio: “Religion is like a penis: it’s fine to have one and it’s fine to be proud of it, but please don’t whip it out in public and please don’t try to shove it down my throat.” 

 

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Si su plan es ir a comprar 3 docenas de almejas para hacerle a su significant other una cena con velitas y violín como yo alguna vez lo hice, BIEN! Si su plan es irse a emborrachar con sus amigos solterones a ver si levantan algo en las compras de pánico como yo alguna vez lo hice, BIEN! Si su plan es encerrarse a pasar 12 horas seguidas con Claire y Francis Underwood en compañía de Maddox como yo alguna vez lo voy a hacer este año, BIEN!

 

Todo se vale, como diría el Padre Maciel. Pero por el amor de dios, no juzguen al vecino por la manera de celebrar este día! Júzguenlo si usa Crocs, eso si. 

 

 


[theatre etiquette]

by David Fridman


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Para empezar, si eres un theatre goer, en mi muy personal punto de vista, eres un chingón.

Pero es importante saber que cuando uno va al teatro, hay ciertas “reglas” que uno debe de tener en cuenta para que se pueda disfrutar y aparentemente estas reglas no son tan obvias para todos, entonces ahí les va: Dave’s Rules for Theatre Etiquette.

Ir al teatro es un Evento. Da igual si vas a ver a Jude Law en Halmlet o vas a un black box en un vecindario dudoso o es la pastorela de tu sobrino en el Irlandés. En el momento en el que tu te sientas en una butaca a ver a unos humanos pretender, hay que tomar en cuenta todo el proceso por el que pasaron para estar ahí. Ensayos, memorización, ensayos, negociaciones, ensayos, pleitos de divas, ensayos, sangre, sudor, ensayos y lágrimas. Y ensayos. O sea, uno llega muy cómodo a ser entretenido durante 2 horas, pero antes de esto existieron procesos de los que uno, como público, no tenemos idea que pasaron. Y es por esto que el espectador (tú) necesita también echarle ganitas.

Yo interpretando a Malgise, un mago malvado en una obra que hice en Central Park. Era verano y mi vestuario era de terciopelo. ESO es dedicación.

#cuandoviviaenNY mi masestra de Speech decía que era triste ver como había cambiado todo el proceso de ir al teatro. La señora tiene unos 75 años entonces probablemente le tocó la época de Cole Porter. Ella decía que cuado era joven allá en la Inquisición, la gente se arreglaba para ir al teatro como si fuera a ir a una boda. Top hat, white tie and tails for the gentleman, evening gowns for the ladies. Esto claramente ya no sucede – ni va a volver a suceder – porque quien chingados se va a poner un smoking cuando uno puede ir en su teni y su sudadera de A&F. Pero imagínense que chingón sería…

Lo que si es importante son los siguientes puntos que voy a tocar, porque cada vez que voy al teatro, invariablemente pasa una de estas cosas y yo tengo que respirar profundo para no pararme de mi butaca y hacerle un Fatality al barbaján en cuestión.

Celulares.

Yo digo que está cabrón que tenga que escribir esto porque, si tuviésemos sentido común, uno jamás tendría que pasar por la vergüenza de que le suene el celular a medio performance. Es de simios. Y más aún porque al principio de la obra, el amable señor en el altavoz nos recuerda en cada llamada que “APAGUEN SUS CELULARES”. Ya si no lo quieres apagar, tons mínimo en vibrador (si lo pones en vibrador y la obra está aburrida y te vibra, mínimo te entretienes tu solito).

Lo que es aún peor es que, ok, ya te sonó el celular, ya hiciste el pinche oso enfrente de 500 personas – porque TODOS sabemos que fuiste tú por la cara de imbécil que pusiste cuando todo el teatro te volteó a ver – y luego lo contestas!!! Chiavos, no mamen.

Para resumir todo esto, tengo un tweet que pongo siempre que voy al teatro, esperando esparcir un poquito mi labor de theatre etiquette:

"Si te suena el celular en el teatro, mereces un madrazo. Si lo contestas, mereces un balazo."

Cámaras.

Esto es casi lo mismo que lo del celular. No falta el primate que lleva su cámara que hace *click* cada que toma una foto. Y luego te puede tocar un primate profesional que toma la foto CON FLASH. O sea, no. Y si te toca una Diva en el escenario mientras tu haces tu photoshoot, estas bien bruto. Es como rascarle los tanates al diablo. 

Chéquense este clip de Patti LuPone cuando un brother le tomaba fotos mientras ella cantaba.

Ay pobre. Pero no. #tenguele

Golosinas.

Quien no disfruta de unas sabrosas gomitas? O de unos Bonbons de dieta? O de un sándwich que se te pega en el paladar? Yo les digo: todos. Todos.

El pedo es cuando estamos comiendo unas Rufles a media función y la bolsita hace mas ruido que un tractor en high. Aguantense su hambre para el intermedio! O que mejor, saliendo del teatro se van a cenar a un restaurante para comentar lo chingón que lloró la protagonista - "que bien trabaja esa actríz" diría mi madre. O para discutir lo difícil que es hacer lo que acaban de ver dos veces al día cada fin de semana. O nomas para emborrachar a su date y saciar su hambre... de sexo. Pero por el amor de Dios, no mastiquen cacahuates japoneses porque, aunque ustedes no lo escuchen, sus vecinos butacales si lo oyen y probablemente les van a querer cortar la yugular con el programa de mano.

Tos.

Una vez fui a ver A Chorus Line y durante un monólogo importante y SUPER dramático a un brother le dio un ataque de tos de esos que parecen epidemia de virus mortal con flema y sangre. Por lo menos así me lo imaginé yo porque le duró – no es broma – 15 minutos su ataque.

Esto ya cae en otra categoría. Los ataques de tos son como los calambres. Uno nunca sabe cuando le va a dar y a todos nos puede pasar en cualquier momento, especialmente si se te va la palomita chueca. Pero si ves que te estas muriendo, entonces ten la amabilidad de salir del teatro, vete al lobby y continua tu muerte donde no distraigas. 

Arrumacos.

El amor es maravilloso. Y siempre es importante demostrarle a tu significant other cuanto se quieren. Pero hay momentos y a la mitad de O’Neil no es uno. Váyanse al bar de Sanborns a darse sus bocinazos. No en el teatro. Y mucho menos a media obra.

Ronquidos.

Neta, espectador? NETA?

 

Ya acabé. Con todo lo anterior dicho, vuelvo a repetir que ir al teatro es una chingonería, y todos los que pagamos una lana para ir a ser entretenidos y apoyar este arte somos unos chingones y nunca jamas jamasnunca hay que dejar de hacerlo!

Exeunt.


[travelin' thru]

by David Fridman



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Me encanta viajar. Todo eso de conocer nuevos lugares y personas la neta, la neta si es lo mío. En cuanto me cae lana, en lugar de ahorrar para mis afores, me lo gasto todo en un viaje. Siempre salen experiencias y anécdotas muy chingonas. Mis momentos favoritos son los que no se planean. Los que no te das cuenta mientras te están pasando que van a ser algo que vas a recordar toda tu vida. Y estas pueden pasarte de la manera mas inesperadamente random.

Les voy a contar una de mis historias que me pasaron mientras andaba de viaje.

Corría el año del que me gradué de prepa - don’t even do the math. Después de mi graduación, me fui a vivir 6 meses a Suecia a estudiar (nocierto) y a trabajar (nocierto). Mi plan era irme a vivir a Suecia un semestre y luego regresar y estudiar la carrera en chinga para poder mudarme a NY y estudiar teatro – que era lo que realmente quería. Pero los papás creyeron que sería mejor que tuviera una carrera de adulto y luego hiciera lo que quisiera con mi vida de artista. Benditos.

En el camino a Sueca hice escala en Londres. Estuve en el aeropuerto como unas 6 horas porque los de KLM no tienen vuelos directos, no me explico la razón, muchos mexicanos viajamos a Suecia on a daily basis y viceversa. Babosos primermunidstas ahorradores. Entonces, estaba yo paseandome en Heathrow cuando de repente ví a una señora de unos 40 o 50 o chance 55 años – yo tenía 18, cualquier persona de mas de 40 se veía igual – estaba sentada sola en una sala de espera, lloraba y lloraba. Vi que trataba de hablar con un señor que estaba sentado junto a ella pero el señor claramente no tenía idea de lo que esta mujer estaba diciendo… Language barrier, pensé. Y pues yo, entre que quería ver si la podía ayudar y por metiche que quería ver porqué lloraba, me le acerqué y le pregunté en inglés que si la podía ayudar en algo. La vieja se me quedó viendo con cara de what (literal, con cara de what) (que buena campaña esa de cara de what porque es en serio que si pasa). Entonces le pregunté en español que qué le pasaba y hagan de cuenta que le dije a la Pelangocha que el reto era que no dejara de hablar en los próximos 20 minutos.

Resuuuuuuuulta que la señora era cubana, maestra de la Escuela Nacional de Teatro en Cuba. What are the fucking odds… Iba con un grupo de maestros de teatro a Inglaterra a dar unos cursos a una escuela de teatro en Londres y que por alguna razón, había perdido a su grupo y se había quedado sola en el aeropuerto sin dinero, sin amigos, sin hablar el idioma y sin una buena alma samaritana que la ayudara a salir de su #aprieto. ENTER DAVE.

Me explicó que llevaba dos horas perdida en Heathrow, dando vueltas buscando a sus amigos pero no los encontraba. Estaba mala de la rodilla entonces no podía caminar y tenía mucha hambre y no tenía dinero porque sus viáticos los traía el maestro encargado de los viáticos.

Como yo tenía 4 horas mas para matar y una necesidad de que la gente me quiera, decidí hacer a la señora mi proyecto por las siguientes horas. La llevé a su aerolinea a preguntar si sabían algo del vuelo en el que había llegado. Tómense un momento para darse cuenta de que esta es la época de antes de los celulares y antes de Internet - again, don't even do the math. Si tu querías comunicarte con alguien, mas te vale que te sepas su land line de memoria.

(me tomé un respiro y estoy platicando con Diego del Rio que estoy escribiendo pura mamada) (at gunpoint)

Yo no me acuerdo en que artes pudimos por fin dar con el hotel donde se iba a quedar y les llamamos. Pudo hablar con el amigo líder del grupo de cubanos por fin. Me acuerdo que le dio mucho gusto porque se soltó a llorar ahí en el counter de la mujer de Lufthansa. El Mr. Cubano iba a mandar a alguien por ella al aeropuerto, entonces ella iba a estar un ratito mas ahí atorada sin un alma caritativa que le tirar un pedo. RE-ENTER DAVE.

Me la llevé al Fast food y le invité una Big Mac (no me acuerdo si fue una Big Mac o un croissant o un sándwich de pavo, pero me acuerdo que no me dejó de agradecer a cada bocado que daba, tons ustedes hagan de cuenta que era algo delicatessen). Se lo terminó y empezamos a platicar, me empezó a preguntar de mi vida y le dije que era un actor en formación. Despues del “que coincidencia, yo soy maestra de teatro, a eso vine a Londres” inicial, yo, en mi infinita inociencia, le dije que si tenía consejos para un actor nuevo (en ese entonces yo solo había hecho anuncios de Wings y de un telescopio).

Me dio mi primera clase de actuación ahí a medio aeropuerto. Su clase de actuación consistió en un ejercicio para agilizar la mente y ejercitar la memoria. Estuvimos como 45 minutos haciendo el ejercicio sentados en el Fast-food (again, no me acuerdo del tiempo exacto pero ustedes hagan de cuenta que fueron 45 minutos). Si les interesa saber en que consiste el ejercicio, sientanse en libertad de preguntar, no todos mis lectores son actores y temo que ya de por si perdí a varios de ustedes con mi anécdota aeropuertil.

Lo que me gusta de esta historia es que fue algo tan simple y tan sencillo que pasó hace muchos años y yo me sigo acordando de los detalles, de cómo cuando se despidió me suplicó que fuera a verla a Cuba para que me pudiera pagar todo lo que hice por ella, de lo agradecida que estaba y de que fue mi primera maestra de actuación, y todo esto pasó cuando yo creía que iba a estar encerrado en un aeropuerto tantísimas horas jugando “Blame the Terrorist”.

Después de esto, me despedí de la señora hasta que la subí al coche, me regresé a tomar mi vuelo a Suecia y todo mi viaje yo practicaba lo que me enseñó.

Jamás pude localizar a la Señora Ana María Paredes. 


[bullying]

by David Fridman



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Pues muy ameno mi blog hablando de puras cosas simpáticas, placenteras, #agradables vaya. Pero de lo que voy a hablar ahora no es ni simpático ni placentero ni agradable ni vaya. Voy a hablar del bullying.

Para empezar, se me hace bien padre que la lengua española no hizo ni el mas mínimo esfuerzo por traducir la palabra “bullying” y nosotros nos agringamos cada vez mas. *le da un trago a su Starbucks, canta The Star Spangled Banner y sigue escribiendo en su Mac*

Últimamente he estado conviviendo con muchos niños y adolescentes. Eso de las Navidades hace que toda la extended family se junte en gloriosas cenas y convivios y entre broma y broma me di cuenta que el bullying existe tanto en niños como en adolescentes y adultos y ancianitos. Mi abuela es una buenaza para eso de molestar con cariño. “Ay mijito, cada día me dan mas ganas de verte en Cirque du Solei, ya te vistes como payaso ridículo” me dice.

Antes que nada, vamos a partir en pedacitos la palabra “bullying” para ver de donde viene el significado.

bull: toro

ying: el arte de chingar

Entendiendo eso, pasemos ahora a los diferentes tipos de bullying. Todos en algún momento hemos sido victimas o lo contrario de victimas del bullying. O sea, todos hemos bulleado o hemos sido bulleados.

Una cosa es el bullying como el que hago con mis amigos. El bullying amistoso, sin saña ni ganas de ofender ni molestar ni causar cicatrices en el alma de por vida. Yo puedo perfectamente llegar con Mauricio y decirle “Ay Mau, es que de verdad que cuando bailas pareces este brother”:

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Y se que Mauricio lo va a tomar con gracia.  Hasta me va a agradecer por hacerle ver que lo suyo, lo suyo es explicarme que es un plafón (Mau es arquitecto).

 

El bullying que nos debería de preocupar a todos es el bullying que se hace con ganas de molestar, de sentirse superior, mejor que la otra persona. De humillar a alguien con el único objetivo de hacerse el chistoso o de demostrar poder o simplemente por desarrollar la personalidad de escoria humana.

A mi me parece impresionante que, in this day and age, podemos encontrar el bullying en todas las escuelas del mundo. Desde niñitos en primaria hasta en las universidades mas prestigiadas. Yo no fui a Vassar pero estoy seguro que ahí también existen las cheerleaders que critican a la muchachona inteligente de lentes con trenzas y overoles que huele a Quesabritas.

Call me naive, pero yo en verdad creo que el problema del bullying en las escuelas es muy sencillo de resolver. El pedo ahí es de los adultos que trabajan en escuelas ya sea profesor, director, secretaria o la Miss Lichita, Prefecta del H. Colegio Hamilton. Un adulto sabe identificar quien es el bulleado y quien es el bully. Es cosa de estar al pendiente todo el tiempo de que no exista ninguna especie de molestación en contra de nadie. Y si se da el caso de que el bully se sale con la suya, ponerle un pinche castigo de la época Medieval. “Carlos Robles! Tu recreo lo pasarás en el calabozo porque le diste un zape a Rodrigo Sevilla!” Así. Sin remordimientos. También es importante hablar con los papás de Carlitos Robles para que lo escarmienten en su casa también quitándole privilegios de Internet, de juegos, de viajes y de comida. “No Carlitos, no hay lasagna para ti porque Rodriguito Sevilla está tomando medicinas para los nervios por el miedo que tiene a que le vuelvas a enterrar un lapicero en la espalda”. Punto. Sin remordimientos. Carlitos no tuvo remordimiento alguno cuando le metió el pié a Rodriguito justo antes de que saliera a desfilar en la escolta.

El problema es cuando pensamos “Ay, son niños, así se divierten”. No seamos pendejos, por favor.

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El bullying en el mundo adulto también existe. Pero ahí voy a dejar que ustedes, amables lectores, aporten sus experiencias porque pues yo no tengo chamba y carezco de anécdotas bullyeras oficinales.

Entonces, mi idea es la siguiente: DURO CONTRA EL BULLYING! Si vemos cualquier situación en la que un Carlos está molestando a un Rodrigo, entrometernos y ponerle un alto ipso facto*. Considérenlo como que estamos haciendo de este mundo un mejor lugar para nuestros Sebastianes y Tatianas. Y si su hijo o hija es bully (no se hagan, todos sabemos si es o no) hablar con ellos y hacerles entender que si no dejan de bullear, van a terminar en el inframundo junto con Stallin y Elba Esther y usaran Crocs toda su vida.

Piensen que Rodrigo podría ser su hermano, o su hijo, o alguien que quieren mucho. No hay excusa. No hay justificación. No hay razón válida para soportar ni justificar el no hacer nada en contra de esta moda estúpida que puede llegar a tener consecuencias trágicas, chiavos.

Gracias por su atención. Don’t fucking bully anyone.

 

*Google it, no sean huevones


[parenting]

by David Fridman



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Muchos definen la vida por etapas. La etapa de la escuela. La etapa de prepa. La etapa de me-vale-madres-el-mundo-solo-quiero-tequila. La etapa de si-no-le-bajo-a-la-fiesta-nunca-voy-a-encontrar-el-amor. La etapa de mudarse a una cabaña en la montaña sin internet. La etapa en la que te mueres por anciano.

Varios amigos están ahorita en la etapa de tener hijos. Algunos ya tienen hijos de 5 años, otros son bebés, otros están embarazados, otros están en el proceso de picar el condón con un alfiler.

Sea cual sea el momento donde estén, esto presenta un reto interesante para mi. Adaptarse al nuevo estilo de vida de un amigo con el que en algún momento hiciste varias cosas consideradas ilegales como robarse papel de baño del Baby o brown-bag unas chelas a medio Union Sq. siempre es un cambio difícil pero bienvenido.

Todos sabemos que cuando uno tiene un crío, la vida da un giro de 160º. Convertirse en papá es una decisión importante de adulto para la que necesitas mucha fuerza, estabilidad mental y pues lana.

Tengo una de las tres.

León & Uncle Dave.

Lo cual me lleva a hacer el muy obvio statement de que yo #hoyporhoy no estoy listo para traer al mundo a Tatiana o Sebastian Fridman. Sin embargo, nací con el don de ser bueno con los niños. (visual aids A, B & C)

Es bien interesante ver como  a los papás se les va un poquito el sentido del humor cuando te refieres al bebé como “el juguete” o cuando sugieres darle una gotita de Rivo al niño para poder disfrutar tranquilos de su Merlot. Yo tomo Rivo y soy un niño perfectamente normal.

Otra cosa sorprendente es la manera de perderle el asco a la popó. Yo he visto papás que cuando cambian el pañal del juguete, parece que están preparando un croissant au chocolat.

Diego & Uncle Dave

También considero un poquito ofensivo que cuando están en el proceso de escoger el nombre, si sugiero que le pongan David, se ríen como si hubiera sugerido que le pongan Wilbur o Equinoxio. Para que sepan, el nombre de David es un nombre muy bello, con mucha historia (data hasta los fenicios o rusos) y significa “siempre amado, nunca olvidado”. Ustedes no quieren que su hijo sea siempre amado y nunca olvidado? Thought so.

Aplaudo a los papás que llevan a sus hijos a todos lados para no perderse de la diversión. Aplaudo aun mas a los papás que tienen a su au pair para dejar al juguete en su casa. Y aplaudo de pie a los papás que, sabiendo que al día siguiente van a estar crudos, zombies, nauseosos y oliendo a mezcal fermentado mientras Davidcito quiere jugar a los Power Rangers, aún así se toman todos los shots que les ofrecemos sus amigos sin hijos ni responsabilidades #paracon un menor. Que fuerzas se necesitan para ser papá! Que fuerzas, de veras.

Emilia & Sofia & Uncle Dave!!!

Para concluir, en unos años cuando nazca Tatiana o Sebastian Fridman agradeceré todo el apoyo que quieran brindar para cuidar y cargar al juguete y por favor nada de burlas cuando saque el guante de cirujano para el cambio de pañal porque ewwww.

Y para volver a concluir, que quede bien claro que AMO a todos los hijos de mis amigos. Son pedacitos de cielo que me alegran el día y huelen a algodón de azucar y a talco y a felicidad y me hacen darme cuenta que rápido crecen sus papás mientras yo sigo teniendo 28 años. Bless them. 


[tertulia]

by David Fridman


Pues nada, me invitaron a una cena EXCLUSIVA de puros bloggers hace un par de semanas y la pasamos mejor que ustedes esa noche, estoy seguro.

Esta padre ver como yo hace 3 meses no hubiera encajado en esta cena y si me hubieran invitado hace 3 meses, hubiera aportado lo mismo que aportaría en una discusión acerca de las Afores o de los Diputados Multinominales. (según yo, va con mayúscula su título)

Llegué a lo que le llaman una “Tertulia”. Yo creía que eso era una palabra inventada por los anfitriones, pero no:

tertulia s. f. Reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o discurrir sobre una determinada materia.

#niagradezcan

Nos invitaron a Bartomate en Polanco. Bien cashubis. Bien acá. Bien pipirisnais. Todavía puedo saborear la alcachofa asada con condimentos del Medio Oriente.

Yo llegué pensando “bueno, hablaremos de blogs unos minutitos y luego sacamos los shots y platicamos de los Alfajores y volarán brassieres por los aires”.

Silly me.

Empezamos por platicar como habíamos entrado al mundo bloggero cada uno. Bien padres nuestras historias (la mía mas). Y a describir los blogs de cada uno (el mío es el mas padre). Y a comentar de la maravilla que son nuestros lectores (otra vez, yo gané).

Blogging & Dining by @malvestida

Había un moderador que tocaba diferentes temas, todos relacionados con los blogs. Yo de repente me desviaba y me ponía a platicar de los Alfajores con el de alado. Needles to say, me callaron un par de veces pidiéndome que por favor me enfocara en la discusión general. Tipo como cuando iba a la Anáhuac.

Responsabilidad social, como subir un post, el MirreyBook (son como los narcos del mundo de los blogs), que hacer para capturar a la audiencia... Blog 101.

Lo mas chingón de todo fue que por fin pude estar en una cena donde nadie juzgó a nadie por estar pegados al celular. Como cuando como con mi familia, mi mamá se enoja porque estoy chateando o twitteando o escribiendo un post para ti, mi amable lector, en lugar de convivir con los tridimensionales. Aja, pero aguas con que tu le digas algo cuando está jugando Candy Crush a la Sra. Fridman. Pobrecito de ti.

Anyway, fue una cena en la que aprendí mucho, me trataron re bien, conocí a gente of the likes y me chingué 3 cervezas.

Y pa que vean que soy de esos que tienen suficiente confianza en la lealtad de mis lectores (tan guapos, mis lectores) les dejo aquí los links de los otros blogs con los que departí aquella noche.

Y otra vez, gracias a BarTomate por tratarme como un Beckham!

Bloggers Unite! 


[guadalupe-reyes]

by David Fridman


Solo voy a decir una cosa referente al Guadalupe-Reyes:

Chiavos, ya no tienen 22. 

Piénsenlo.

 

Ella es Guadalupe Reyes. En serio.

 

 

 

Si sí tienes 22, you can #GFAG. Esquincle.